Vi estas margaritas y no me pude resistir, las he colocado en dos vasos de cristal y se ha formado sin querer un pequeño bodegón primaveral.
Otro rincón de la casa que ha mostrado vida propia es el aparador.
Unas ramas secas de las que se usan en los arreglos florales pintadas con pintura blanca de pared, ya las conocéis en Navidad se convierten en un improvisado árbol y son ideales para colgar bisutería, piedrecitas de pecera, un plato que me quedaba suelto de un juego de 6 que han ido rompiéndose mudanza tras mudanza hace de base para una vela…a quedado muy marino.
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