Esta camiseta de mi hija, era del verano pasado y el estampado se había deteriorado por los lavados, me parecía tan bonita que me apenaba tener que quitarla y además el tejido estaba en perfectas condiciones.
Ya podéis imaginar que le estuve dando vueltas a la cabeza hasta que encontré una solución, por lo menos para que le dure hasta que ya le quede realmente pequeña.
Bueno, llegué a la conclusión de que al menos podía reavivar los colores utilizando esos rotuladores permanentes que se usan para marcar la ropa. La pena es que no encontré exactamente los mismos colores y el surtido es muy básico, azul, rojo, verde y poco más pero a mi me resolvió el dilema.
En la imagen superior podéis ver la diferencia entre el lado repintado y el lado que aún no lo está.
Para que la tinta no traspase del delantero a la espalda de la camiseta es necesario colocar en el medio unas cuantas hojas dobladas de papel de cocina que cubra toda la superficie del estampado, antes de comenzar a pintar.
A ver, yo no soy perfecta, ni mucho menos, se me salió un poco la tinta, ¡pues lazo que te pego! que lo disimula y ya esta, tampoco va a durar un año más pero la podrá disfrutar unas cuantas veces, eso sí hay que lavarla en agua fría y a mano.
Espero que este “remedio” casero os pueda ser útil algún día.
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